viernes, julio 27, 2007

Don Ismael Petoraza - El mensajero del amor


Don Ismael Petoraza, heroico mensajero que sirviera al ejercito Naumuncureano en aquellos años mozos, cuando ser bataclana era bien visto, y pisotearse los huevos no dolía.
Fue en esos tiempos amarronados, en que nuestro héroe Petoraza, brillo como mensajero de batalla, época en la que marco el record mundial de Guiness de 34.576 mensajes entregados, 145.986km recorridos y 34 días seguidos sin lavarse las bolas.

Esta fotografía, retrata el día de su retiro. El último mensaje entregado, la ultima batalla sorteada, el ultimo desafió vencido, el mensaje que lo retirara glorioso e interminable como nunca nadie lo había sido en la historia de nuestro país.

Transcurría el año 1743, Peronistas y Sodomitas se enfrentaban en guerra por las tierras mas frondosas del continente, conocidas en ese entonces como “Villa Bosch”.
Petoraza, peronista, chamamecero y cebador de mate amargo de pura cepa, comprometidísimo con esta lucha, llego a entregar durante esa guerra 243 mensajes en 28 días y 3 otoños.

Pero una mañana ocurrio algo, un despertar extraño que cambiaria su destino por el resto de los días. Al amanecer en su carpa, apareciosele una imagen angelical quien le dijere: “Me cago en tu madrina, que por tus malditos mensajes, no hay paz en la Argentina”.

Atónito, estupefacto y cagado hasta las rodillas, decidió que ese día entregaría el último recado.

Así fue como una vez más, pero en esta ocasión sabiendo que era la ultima, inicio su rutina mensajeril.
Como cada mañana, levantose, batiose el jopo, rasurose el ojete y vistiose para enfrentar por vez ultima, el campo de batalla.

Como era su costumbre, la operación fue un éxito y llego a destino con apenas un rasguño en el huevo izquierdo, producto del ramerio con el cual se limpiara las partes luego de despedir tremendísimo zorulo.

Tan eficiente como discreto, jamás atreviose a leer ninguno de los mensajes que transportara a lo largo de su carrera. Pero sabiendo que era su despedida, al llegar a destino pidiole al Sargento Carilarga: “Saryent, es mi ultimo, no te hagas el dobolu y léemelo, pa mis memorias vistes”.

El Sargento, honrando la heroica trayectoria del “Delivery Boy” (Asi gustaban de llamarle el Sargento y sus compinches, de puro jodones nomás), accedió a su petición y leyole el mensaje en voz alta.

Como cierre de esta crónica, transcribimos el histórico memorando:

“Puto el que lee.

Siempre suyo.

Coronel Trochagorda”